Don Tamalio, afiliado de Categoría A en la Caja de compensación Comfenalco Tolima, visitó el Centro Vacacional Tomogó en Prado. En esta entrevista exclusiva, nos cuenta en detalle cómo fue su viaje y qué destacó de su estadía en este destino turístico.
Cuéntenos Don Tamalio, ¿a dónde fue a pasear?
Me fui a un sitio pa’ pasar gueno y sin gastar mucho billete, mejor dicho, el Mar interior, osease, la represa de Prado, y adivinen en qué municipio, en Prado. Párele bolas, el destino es el gran Tomogó de Comfenalco Tolima.
¿Cómo fue su llegada al puerto de Prado y al Centro Vacacional Tomogó?
Nos recibieron con mucha alegría, amabilidad y con toda la experiencia que tiene don John, el lanchero. Lo primero fue meternos en la lancha, eso sí con chaleco, porque aunque ustedes no lo creigan, también hay guardas de tránsito, además por seguridad y en lugar de “jartar” agua me puse el chaleco, eso sí en una guena ubicación para disfrutar el paisaje más bello que tiene la represa, ubicada en donde, pues en el Tolima. Ya estaba como mareadito y eso que don John se fue despacito, menos mal los amigos del centro vacacional ya me tenían aromática para el mareo, saben, me sentí como en casa, todos con el acento típico de la región, los compadres del oriente del Tolima.
¿Qué fue lo primero que hizo en Tomogó?
Después de dar tanta lora ya me hacía falta la camita, me dieron una cabaña, ¡uf! con buen aire acondicionado, me puse a descansar este bello cuerpito para tener un fin de semana lleno de descanso. Bueno, luego de desempacar las maletas nos fuimos a buscar la comida, ja! porque barriga llena, corazón contento y un buen sitio para descansar, ¡qué más podía pedir para mi fin de semana!
¿Cómo le fue en el restaurante?
Yo pensé que por ser económico iban a dar poquito y no, además tenían un buen menú que lo cambian todos los días, es que eso de comer lentejas con el famoso burro (para los que no conocen, de lo popular, salchichón con pan) no aguanta jajaja.
¿Qué otras actividades encontraron?
Allá hay para jugar en jamilia varias cosas, sino que a mí se me da mal eso de lo de las calvas, o sea lo de jugar billar; y lo del tenis de mesa, nooooo es para los guámbitos que si corren, a yo ya las corvas me duelen, yo si prefiero la piscina, ideal para relajarse uno doctor. Eso sí, con “Lechonia” nos volamos a hacer la caminata ecológica por todos los diversos senderos que tiene Tomogó, y la abuelita de a yo si prefirió un paseo en lancha, por todo lo extenso de la represa, con sus historias y lugares.
¿Y en la noche?
Estuvimos en karaoke, baile y hasta cine, los ojos ya los tenía chiquitos, allá conocí personas que llegaron de otras ciudades, definitivamente hay gente que tiene más ritmo un timbre que ellos para bailar dotor.
Volvería a Tomogó…
Si ustedes me lo preguntan, más que recomendado este sitio para alejarse del estrés de la ciudad y para recargar baterías, yo regreso si me deja “Lechonia”.